lunes, 10 de febrero de 2014

Video de laliteratura renacentista


Biografía de Juan Boscán

Su nombre en español era Juan Boscán Almogávar, nombre castellanizado de Joan Boscà i Almogàver Nació en Barcelona en  1492 y murió en Perpiñán, el 21 de septiembre de 1542).Fue un poeta y traductor español del Renacimiento.

De familia noble, recibió una excelente formación humanística y sirvió en la Corte de los Reyes Católicos y después en la del emperador Carlos I de España. Fue preceptor de Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, futuro Gran Duque de Alba. En la Corte conoció a otro gran poeta amigo suyo, don Diego Hurtado de Mendoza; éste le dirigió la famosa Epístola a Boscán. El caballero catalán se casó con una culta dama valenciana, doña Ana Girón Rebolledo. Viajó a Italia como embajador español. Allí encontró al caballero toledano Garcilaso de la Vega, con quien entabló una gran amistad; seguramente al aprecio que Boscán sentía por la obra del poeta valenciano Ausiàs March se deben las reminiscencias de éste que hay en algunas de las composiciones del poeta toledano.

Boscán, que había cultivado con anterioridad la conceptuosa y cortesana lírica cancioneril, introdujo el verso endecasílabo y las estrofas italianas (soneto, octava real, terceto encadenado, canción en estancias), así como el poema en endecasílabos blancos y los motivos y estructuras del Petrarquismo en la poesía castellana. Se persuadió de ello en una conversación mantenida en 1526 con su amigo, el embajador veneciano y humanista Andrea Navagiero, en los jardines del Generalife, en Granada, como contó él mismo, ya que éste le animó a intentar esa experiencia poética, y convenció de esta novedad también a sus amigos Garcilaso de la Vega y don Diego Hurtado de Mendoza y escribió el manifiesto de la nueva estética italianizante del Renacimiento.

Además, preparó la edición de las obras de su amigo Garcilaso de la Vega junto a las suyas, si bien murió antes de poder culminar el proyecto, por lo que su viuda imprimió la obra en 1543 en el taller de Carles Amorós, en Barcelona, con el título Las obras de Boscán con algunas de Garcilaso de la Vega.



Poema de Lope de Vega

ENCARECE SU AMOR PARA OBLIGAR
A SU DAMA A QUE LO PREMIE 


Juana, mi amor me tiene en tal estado, 
que no os puedo mirar, cuando no os veo; 
ni escribo ni manduco ni paseo, 
entretanto que duermo sin cuidado. 

Por no tener dineros no he comprado 
(¡oh Amor cruel!) ni manta, ni manteo; 
tan vivo me derriega mi deseo 
en la concha de Venus amarrado. 

De Gracilazo es este verso Juana: 
todos hurtan, paciencia, yo os le ofrezco. 
Mas volviendo a mi amor, dulce tirana, 

tanto en morir y en esperar merezco, 
que siento más el verme sin sotana, 
que cuanto fiero mal por vos padezco. 


A LA NOCHE 


Noche fabricadora de embelecos, 
loca, imaginativa, quimerista, 
que muestras al que ti su bien conquista, 
los montes llanos y los mares secos; 

habitadora de cerebros huecos, 
mecánica, filósofa, alquimista, 
encubridora vil, lince sin vista, 
espantadiza de tus mismos ecos; 

la sombra, el miedo, el mal se te atribuya, 
solícita, poeta, enferma, fría, 
manos del bravo y pies del fugitivo. 

Que vele o duerma, media vida es tuya; 
si velo, te lo pago con el día, 
y si duermo, no siento lo que vivo. 

Poema de Jorge Manrique

Jorge Manrique es otro autor renacentista el cual tiene varios poemas, uno de los cuales es Escala de Amor

Escala de amor

                                                 Estando triste, seguro,
mi voluntad reposaba,
cuando escalaron el muro
do mi libertad estaba:
a escala vista subieron
vuestra beldad y mesura,
y tan de recio hirieron,
que vencieron mi cordura.

Luego todos mis sentidos
huyeron a lo más fuerte,
mas iban ya mal heridos
con sendas llagas de muerte;
y mi libertad quedó
en vuestro poder cativa;
mas placer hobe yo
desque supe que era viva.

Mis ojos fueron traidores,
ellos fueron consintientes,
ellos fueron causadores
que entrasen aquestas gentes
que el atalaya tenían,
y nunca dijeron nada
de la batalla que vían,
ni hicieron ahumada.

Desde que hobieron entrado,
aquestos escaladores
abrieron el mi costado,
y entraron vuestros amores;
y mi firmeza tomaron,
y mi corazón prendieron,
y mis sentidos robaron,
y a mí sólo no quisieron.

¡Qué gran aleve hicieron
mis ojos, y qué traición:
por una vista que os vieron,
venderos mi corazón!

Pues traición tan conocida
ya les placía hacer,
vendieran mi triste vida
y hobieran dello placer;

mas al mal que cometieron
no tienen escusación:
¡por una vista que os vieron,
venderos mi corazón!

Poema de Juan Boscán

A LA TRISTEZA




Tristeza, pues yo soy tuyo,
tú no dejes de ser mía;
mira bien que me destruyo
sólo en ver que el alegría
presume de hacerme suyo.

¡Oh, tristeza!
que apartarme de contigo
es la más alta crueza
que puedes usar conmigo.
No huyas ni seas tal
que me apartes de tu pena;
soy tu tierra natural,
no me dejes por la ajena
do quizá te querrán mal.

Pero, di:
ya que estó en tu compañía,
¿cómo gozaré de ti,
que no goce de alegría?
Que el placer de verte en mí,
no hay remedio para echallo,
¿quién jamás estuvo así?
que de ver que en ti me hallo,
me hallo que estoy sin ti.

¡Oh ventura!
¡Oh amor, que tú hiciste
que el placer de mi tristura
me quitase de ser triste!
Pues me das por mi dolor
el placer que en ti no tienes,
porque te sienta mayor,
no vengas, que si no vienes,
entonces vernás mejor.
Pues me places,
vete ya, que en tu ausencia
sentiré yo lo que haces
mucho más que en tu presencia.

Cuadro sinóptico del renacimiento en el siglo XVI

Para el que todavía no entiende la visión del renacimiento, aquí un cuadro sinópico:


sábado, 8 de febrero de 2014

Biografía de El Marqués de Santillana

Su nombre verdadero fue Íñigo López de Mendoza.
Nació en Carrión de los Condes, Palencia, 19 de agosto de 1398.
Murió en Guadalajara, España 25 de marzo de 1458. Fue un militar y poeta del Renacimiento.

Provenía de una familia noble vasca inclinada desde siempre a las letras: su abuelo, Pedro González de Mendoza, y su padre, el Almirante de Castilla Diego Hurtado de Mendoza, fueron también poetas y estuvo emparentado con grandes figuras literarias de su tiempo, como el Canciller Pedro López de Ayala o Gómez Manrique.

Su padre falleció teniendo él cinco años, lo que motivó que su madre, Leonor, tuviera que actuar con gran habilidad para conservar su herencia. Parte de su infancia la pasó en casa de

su abuela.

Muy joven, Íñigo se casó en Salamanca en 1412 con Catalina Suárez de Figueroa, hija del fallecido Maestre de Santiago, Lorenzo I Suárez de Figueroa, con lo cual su patrimonio aumentó en mucho, transformándole en uno de los nobles más poderosos de su tiempo.

Marchó al poco a Aragón, junto al séquito de Fernando de Antequera,y allí fue copero del nuevo rey Alfonso V de Aragón, donde sin duda conoció la obra de poetas en provenzal y catalán que menciona en su Proemio. Literariamente se formó en la corte aragonesa, accediendo a los clásicos del humanismo (Virgilio, Dante Alighieri...) y de la poesía trovadoresca al lado de Enrique de Villena; en Barcelona trabó relación con Jordi de Sant Jordi, copero, y Ausiàs March, halconero real. En Aragón hizo estrecha amistad también con los Infantes de Aragón, en cuyo partido militaría hasta 1429. Allí, por último nació en septiembre de 1417 su primogénito, Diego Hurtado de Mendoza y Suárez de Figueroa, futuro duque del Infantado.

Regresó a Castilla al tiempo de la jura del rey Juan II de Castilla y participó en las luchas de poder entre Enrique de Aragón y Álvaro de Luna, en el bando del primero. Estuvo junto a él en el golpe de Tordesillas y en el cerco del castillo de la Puebla de Montalbán, en diciembre de 1420.

Tras la prisión de don Enrique, regresó a sus posesiones de Hita y Guadalajara. En 1428 nació en Guadalajara su sexto hijo, el que sería Cardenal Mendoza.

Como político, procuró a partir de 1422 inmiscuirse lo menos posible en los asuntos de Estado y mantener a lo largo de su vida la fidelidad al rey Juan II. Ello le llevó a enemistarse primero con los infantes de Aragón en 1429, al no apoyar su invasión de Castilla en el verano de aquel año; y más tarde, a partir de 1431, se enemistaría con el privado real Álvaro de Luna; aunque no por ello volvería a militar en el bando de los aragonesistas.

En la primera batalla de Olmedo (1445) estuvo en las filas del ejército real, por lo cual el Rey le concedió el título de Marqués de Santillana y el condado suprascrito. Ya el año anterior, 1444, había recibido la confirmación real del privilegio a su favor de los derechos que la Corona tenía en las Asturias de Santillana.

Don Íñigo contribuyó claramente a la caída de don Álvaro de Luna (1453) y contra él escribió su Doctrinal de privados; a partir de entonces comienza a retirarse de la política activa. Su última gran aparición se produce en la campaña contra el reino nazarí de Granada de 1455, ya bajo el reinado de Enrique IV de Castilla. Ese mismo año muere su mujer, doña Catalina de Figueroa, y el Marqués se recluye en su palacio de Guadalajara para pasar en paz y estudio los últimos años de su vida. El 8 de mayo de 1455 hizo testamento, estando en Guadalajara.

Hombre de gran cultura, llegó a reunir una importante biblioteca, que después pasó a ser la famosa biblioteca de Osuna, y se rodeó de brillantes humanistas que le tenían al tanto de las novedades literarias italianas, como por ejemplo Juan de Mena o su secretario y criado, Diego de Burgos, quien compuso a su muerte un muy erudito poema, el Triunfo del Marqués.
Pintura de Íñigo López de Mendoza